(GRAN HOTEL DE LA PLAZA DEL SACRIFICIO)

 

Hotel Garaje que fue construido para la Exposición Iberoamericana de 1929 y que más tarde fue reutilizado como cuartel de la Guardia Civil. En el nº 3 de la plaza de Sacrificio. Dicha plaza debe su rotulación a que cerca de ese lugar fueron martirizados el Abad Félix y otros 50 monjes. Esta Plaza se formó a finales del siglo XVII o comienzos del siglo XVIII como resultado de la construcción de varias manzanas de casas, sin ningún orden aparente, en el arrabal de la Calzada; entre dichas manzanas quedó un espacio abierto en el cual había una fuente donde se abastecía el vecindario, durante largo tiempo permaneció como espacio débilmente urbanizado, en el borde de la ciudad. El único elemento que se conserva de su pasado reciente y que no fue demolido es la fachada del antiguo Hotel Garaje que fue construido para la Exposición Iberoamericana de 1929 y que más tarde fue reutilizado como cuartel de la Guardia Civil. El Gran Garaje Hotel, que se encontraba ubicado en el nº 3 de la Plaza del Sacrificio del barrio de la Calzada, se construyó por encargo del empresario y propietario Ricardo Luque Luna al arquitecto José Espiau y Muñoz.

Este edificio es de singular importancia ya que vino a ser una concepción embrionaria y aventajada en su época de motel, pues establecía espacios para cocheras individuales o colectivas, habitaciones o apartamentos para las familias y una zona para la servidumbre, además este Hotel fue el pionero en Sevilla en tener plazas de garaje propias. La construcción de este hotel venía a resolver el problema que se planteaba en la ciudad por la afluencia de automóviles durante la época de la Exposición, y de los escasos locales que existían para su alojamiento. La construcción de este Hotel promovió también la mejora y pavimentación de la plaza de cara a ofrecer una buena imagen a los visitantes.

El Hotel se inauguró el 17 de abril de 1929. El "Gran Garaje Hotel" tenía una pared de cerramiento no alineada y según la Real Orden del 12 de marzo de 1878 se prohibía convertir una pared de cerramiento no alineada en fachada de vivienda, por lo que tras el Certamen dicho edificio no se podía convertir en vivienda, ni se podía edificar sobre ella nuevos pisos. Por esta razón este edificio se reformó posteriormente como Cuartel de la Guardia Civil y no como edificio de viviendas. El edificio constaba de una crujía de fachada de tres plantas que no es más que el cierre de un patio profundo e irregular en cuyo centro se establece el edificio residencial formando un rectángulo muy alargado de dos plantas, perpendicular a la crujía de fachada, destinado fundamentalmente a espacios comunes. Todo el conjunto quedaba rodeado por un cuerpo perimetral de una sola planta destinado a garaje para automóviles. El arquitecto ideó varios cuerpos de edificios, distinguiéndolos por medio de diferentes tratamientos de estilos. En realidad, se trataba de crear un conjunto con un aspecto palaciego compuesto por la casa señorial de gran desarrollo, y edificaciones menores adheridas a ella, de este modo el huésped se sentía honrado y atraído por la aparente magnificencia del lugar.

Es interesante el diseño de la composición regionalista de la fachada que viene a ser de carácter palaciego, por el tratamiento de los vanos y la portada balcón de inspiración Neobarroca. El edificio está coronado por un ático corrido de pilastras y vanos con arcos de medio punto, según costumbre del autor. El edificio también presenta ricas ventanas enrejadas con cimeras neobarrocas. Las rejas fueron realizadas con hierros torneados. Los elementos decorativos que presentaba la fachada y que se han perdido con el paso del tiempo son por ejemplo: el ornamento del friso; la celosía de las ventanas; los candelabros de los antepechos de los vanos o la pintura aplicada sobre el paramento que simulaba aparejos de sillerías. Además del interés que tenía el arquitecto por ennoblecer el edificio son buena muestra la colocación de la fecha en el escudo que campea sobre el balcón principal, y el haber firmado la obra con sus armas en el zaguán del Hotel. El "Garaje Hotel" fue una concepción innovadora ya que cumplía todos los requisitos deseables de un visitante del Certamen que dispusiera de automóvil ya que podía quedar el auto en uno de los departamentos, el conductor tener habitación confortable y hasta el dueño del auto incluso con su familia podía habitar en el mismo edificio.

La crujía de la fachada constaba de tres plantas, albergando en su interior 18 habitaciones, 11 cuartos de baños completos y 2 cuartos de duchas (12 de las habitaciones de la crujía de fachada tenían bidé, y una con W.C.), dotación amplia para la época, todo repartido entre la planta primera y segunda. Tres de los cuartos de baño completos, dos duchas y un almacén se encontraban ubicados en la segunda planta de un cuerpo poligonal situado entre la fachada que da al plaza y el callejón Los Muertos, y sobre esta planta se hallaba una azotea circundada por un almenado que en un principio era de un pie de espesor, y que posteriormente en 1935 pasó a tener un espesor de pie y medio. El cuerpo central del edificio disponía de 56 habitaciones ubicadas en planta primera, a las que se accedía por las dos escaleras. Este cuerpo central estaba rodeado por una galería abierta por su frente al exterior que servía de distribuidor y comunicación a estas 56 habitaciones. Todas las habitaciones estaban amuebladas y estaban dotadas de calefacción central por agua caliente suministrada por una caldera que estaba ubicada en planta baja; también disponían de agua corriente fría y caliente. Esta instalación de agua corriente surtía a todo el edificio mediante una tubería de hierro y en caso de avería de esta instalación se dispuso un grupo de presión motor –bomba automático que tomaba el agua de un pozo existente debajo de la cocina. La planta baja albergaba en la crujía de la fachada una portería, una cantina bar con amplia cocina para los servicios de desayuno, comida y cena, un cuarto para las calderas, y como complemento los departamentos de servicios (6 placas turcas y dos orinaderos) y guardia.

El resto de la superficie de planta baja estaba ocupado por el garaje propiamente dicho. En el garaje se dispuso 91 box o cocheras individuales en el cuerpo central y 136 plazas delimitadas y numeradas para otros tantos autos en naves cubiertas por marquesinas, todo con completo servicio de incendios, aparatos de limpieza, aparatos automáticos para inyectar aire, cisterna con surtidor de gasolina, mangueras individuales en los box y generales en las naves, almacenes de repuesto, depósitos de grasas y aceite. Estas 136 plazas, en la realidad fueron empleadas para alojar carruajes de tracción, para lo cual se tuvo que acondicionar estas naves mediante la implantación de cuadras. El garaje era de primera categoría según el art. 24 del apéndice nº 8 de las Ordenanzas Municipales, pero si se hubiese aplicado estrictamente lo que disponía este apéndice para los locales para el fin que se pretendía, pero teniendo en cuenta que todos los departamentos estaban construidos con material incombustible, la buena ventilación de los mismos, la amplitud de la parte del local destinada a la circulación; la abundante dotación de agua y buena red de alcantarillado se autorizó la construcción y el uso de dicha construcción como garaje, pues a juicio del arquitecto José Espiau era muy remoto el peligro de siniestros y además ningún otro de los muchos garajes que existían en la ciudad reunían mejores condiciones.

Además del garaje debía de reunir las siguientes condiciones como protección contra incendios según el art. 34 de Reglamento de establecimientos clasificados que se publicó en la Gaceta el 26 de enero de 1926: – La gasolina se tenía que depositar en tanques ubicados en las partes descubiertas del local. – Fuera del tanque o tanques, no se podía almacenar gasolina y sólo debía de existir la que llevaban los coches en sus depósitos. – Debía de haber al menos ocho bocas de incendios para agua a presión provista de mangas y lanzas. Estas bocas no debían de estar separadas entre sí más de 25 mt y además las bocas tenían que tener el mismo diámetro que las de servicio municipal contra incendios. – En cada jaula debía haber una cantidad de arena superior a 10 kg y una pala. – Se tenían que colocar extintores de incendios en la proporción de la menos uno por cada cuatro autos. Estos extintores debían de estar colocados en la proximidad de los departamentos o jaulas de forma asequible para poder emplearlos en el momento en que se produjese un incendio. – No se podía hacer fuego ni fumar en ningún lugar del interior de los locales donde estaban los vehículos. La ciudad de Sevilla fue adquiriendo gran importancia por su gran desarrollo y en 1912 ya contaba con importantes fábricas e Industrias, lo que representaba un extraordinario movimiento obrero; con uno de los puertos más importantes de España. Además en este año se realizaron ensanches en la zona Este, es decir, en el barrio de La Calzada, con motivo del derribo del ruinoso acueducto de Alcalá de Guadaira.

Por todos estos motivos y además por ser Sevilla la ciudad elegida por S.S.M.M. para pasar en ella largas temporadas en primavera, era conveniente para la ciudad del establecimiento en ella de uno de los cuatro Depósitos de Instrucción de la Guardia Civil en la calle Arroyo en el barrio de La Calzada, dotado de escuadras, pero dado el gran número de guardias que alojaba, el Teniente Coronel Primero Jefe solicitó al Ayuntamiento de Sevilla la ampliación de este Cuartel y traslado del puesto que ocupaba dicho edificio a otro del barrio de La Calzada, debido a las nuevas edificaciones que entonces se estaban ejecutando en los terrenos de la Cruz del Campo. En toda la parte del edificio destinada a hotel, la reforma sólo consistió en variar algunos tabiques y abrir varias puertas, construir una escalera de madera de la crujía de fachada que va desde la planta baja a planta primera. En la nave lateral se tuvo que realizar de nuevo todo el entramado del suelo de la planta primera con sus soportes, todo de hierro laminado, entrevigado de fábrica y pavimentos de cemento continuo para dar luz y ventilación a los grandes dormitorios y dependencias, se abrieron grandes huecos en las cubiertas que se cubrieron con monteras con ventilación constante, teniendo pequeñas monteras también con ventilación constante todas las dependencias que no podían tenerlas a los patios bajo la marquesina y en el centro del cuerpo central en planta primera. En 1967 el edificio nº 3 de la Plaza del Sacrificio fue expropiado por parte del Ayuntamiento de Sevilla.