(MONUMENTO A LA INMACULADA DE ESPIAU:

SEVILLA Y EL DOGMA CONCEPCIONISTA)

Desde las tremendas discusiones del Concilio de Basilea de 1439, sobre la naturaleza Inmaculada de la Virgen, hasta 1854 ( que se proclamó el dogma concepcionista por Pío IX), los sevillanos defendieron literalmente el dogma "a capa y espada", enfrentándose a las posturas oficiales del Papa Gregorio V, que en el siglo  XVII, llegó  a prohibir la festividad de la Inmaculada. Mientras tanto, hermanos de la cofradía del Silencio, el 29 de septiembre de 1615, realizaron voto de "fe y defensa" concepcionista (239 años antes de que la Iglesia oficial lo declarara). Por eso, portan en su estación penitencial, la bandera Concepcionista, con un cirio encendido a un lado  (símbolo de la Fe en la Purísima) y al otro, un nazareno con espada (símbolo del voto de defensa, incluso con la sangre, de dicho dogma). 

Proyecto y ejecución del monumento a la Purísima Inmaculada Concepción. Las esculturas de la Virgen y personajes reseñados son obra de Lorenzo Coullaut Valera y el proyecto de D.José Espiau y Muñoz. A instancia del cardenal Marcelo Spínola, se inaugura el 8 de Diciembre de 1918. Esta magnífica obra consta de dos partes: a) la superior representa a la Virgen, inspirada en la que Murillo pintara para el Hospital de los Venerables (hasta 1940 en el Louvre y finalmente, en el Museo del Prado) y b)  la inferior, con cuatro destacados personajes concepcionistas del siglo XVII: a) la Teología, representada por  el jesuita sevillano Juan de Pineda; b) la Escultura, representada por Martínez Montañés (con su obra de la Inmaculada conocida por La Cieguecita, que se admira en la Catedral); c) la Poesía, representada por Miguel Cid y d) la Pintura, representada por Bartolomé Esteban Murillo. En la noche del 8 de diciembre, se reúnen alrededor del monumento todas las tunas de la ciudad, para rondar a la Inmaculada, bajo la tradición mariana y concepcionista de Sevilla, de la que viene el famoso refrán de "ser mas papistas que el Papa".